noviembre 29, 2006

el precio de la amabilidad,


a.-
Hace un mes aproximadamente daba mi habitual paseo por el mercado de verduras al norte del mapocho, en busca de miel y jengibre y mi instinto me obligo a buscar un quiosco donde comprar un chocolate, algo sencillo y barato, cacao con leche en una barra , un humilde chocolate....
me acerque a uno y le pregunte a la dependiente el precio de un pichiruchi de esos y musitando unas chuchadas, no respondio, y siendo mas amable pregunte: "disculpe señora cuanto vale este chocolate???" un par de groserias de mas alto calibre, sumados a un "100 pesos por la xuxa", recibi por respuesta, y le dije timido, (aunque no lo crean me corte) "ok ahi estan señora, que tenga buen dia", y me dijo pa rematar " por 100 pesos andai webiando, y pidiendo we'as, no me pidai weas por una gamba" ¿su amabilidad costaba mas de 100 pesos? ¿aceptaria ella red compra para una porcion de amabilidad?
b.-
Hace 5 dias caminaba por el malecon de puerto montt, por esa especie de murito de contencion de unos 50 cms qe bordean estas clasicas costanera, haciendo equilibrio arriba de esa ruta de cemento (algo que habitulamente hacen los niños) y que sirve tambien para sentarse... y en mi ruta iba acantando canciones italianas antiguas y en eso un hombre de unos 50 años que estaba sentado en el mentado cemento se puso de pie me otorgo una sonrisa y dijo adelante, pase, cantando, mirandolo incredulo, mientras segui haciendo equilibrio por ese malecon mientras el atardecer se anunciaba con calma enfriando un poco mas, la ya fresca brisa marina en el seno del reloncavi... el fue amable y lo hizo gratis,
he podido ser desagradable ante actitudes en las cuales me han tratado mal, pero estoy teniendo una primera buena impresion de las cosas siendo mas amable... y sin pedir nada a cambio...
hace muy bien.

noviembre 07, 2006

Presencia en el sistema, o entrando a vislumbrar mi teoria del caos.


La herejia de volcar el verso
ocaso-ocasional en la urbe
Es señal sacra en mi oficio de poeta maldecido
por el opio no fumado
y la espera por la opcion sitemica
del status reclamante.
Es asi y por tanto
soy hereje del culto Sodoma del consumo,
del moho voraz,
en la orgia malefica de la solvencia
y de la tranquilidad solapada
del economico tenor-temor
con el que redimo en casi veces,
mi presencia en el sistema.